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México hace Ruido en San Sebastián

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Hace unas semanas me encontraba sentada en una sala de cine  sede del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en España, un recinto rebosante de gente expectante, dispuestos todxs a ver el largometraje de una directora mexicana que nos hablaría de gente desaparecida a través del cine.

Frente a una gran pantalla que se empezaba a teñir de color violeta pude hacer mi primera deducción, estaría presenciando una película que abordaría la violencia de género como tema de ancla, claro que hasta ese momento no llegaba a la sensación del “globo histérico”, o el mejor conocido “nudo en la garganta”, producto del sube y baja emocional de una película tan dolorosa como necesaria.

Después de haber contemplado y vivido a través del cine todo un cúmulo emocional, me dio por sentir una especie de desconcierto y pena ante tal retrato de mi país, -pareciera que los mexicanos vivimos en una jungla- pensé, también me sentí muy sorora y con grandes ganas de abrazar a las mujeres que minutos antes, durante la proyección y con la sala a oscuras dejaron salir sus lamentos en una sala que fue testigo del llanto tímido de muchas mujeres sintiendo dolor y empatía por Julia, la protagonista, una madre que habiendo pasado ya nueve meses de la desaparición de su hija de 25 años, Ger, y que al cabo de este tiempo de esperar la absurda justicia mexicana, decide emprender una angustiosa búsqueda que la lleve a encontrar alguna pista sobre el paradero de su hija.

Es inevitable no sentir a través del desgarrador retrato de una madre, una amiga, una esposa y una mujer que grita su impotencia y denuncia su dolor mientras avanza en el camino de la lucha por la verdad, haciéndose fuerte con la lucha de otras, que como ella transitan por el mismo camino y la misma búsqueda.

Una película de gran valor testimonial, que sin sutileza alguna cristaliza la cruda verdad de las víctimas reales del México de hoy, el México feminicida, el de los y las desaparecidas, el que sigue un patrón de impunidad en donde impera la corrupción, el país de las cifras, y el de las miles de personas que buscan a sus familiares, escudriñando las tierras de un país cansado que hace ruido fuerte ante la injusticia.

En un país en donde desde hace tiempo el quehacer cinematográfico aborda estos temas, para el 2022 llega “Ruido” bajo la excelente dirección de la mexicana Natalia Beristain, la cual se estrenará en Netflix en el mes de noviembre, con un elenco talentosísimo, cuya actuación es capaz de trastocar y revolver las emociones de los espectadores.

 

Por lo tanto y no fue para menos, el publico asistente a dicha proyección ovacionó de manera apabullante a los realizadores ahí presentes, con una oleada de aplausos de varios minutos que terminó como cereza en el pastel de conmovernos todavía más.

Con un nudo en el cogote o la tripa hecha bola como se dice por acá, terminé mi reflexión inicial, pensando que muy en contraste con la oscura situación que acababa de ver, y la analogía de la jungla que me planteaba, la gente en mi país es extraordinariamente capaz de hacer cosas increíbles.